Carolina Jaque es maulina y desea acudir a un especialista en enfermedades gástricas, pero no sólo no encuentra médico en su comuna, sino que tampoco halla cita en una fecha cercana en institutos médicos de Talca. La más próxima se calcula para octubre. La espera, en su caso, la desespera.

Uno de los problemas estructurales que caracteriza al sistema de salud en el Maule, es que según datos del Ministerio de Salud, de fecha 2016, existen 4,6 médicos especialistas por cada 10 mil habitantes, mientras que el promedio nacional es de 11,6 para igual cifra de ciudadanos. El déficit es notorio en sistemas públicos y privados, además que se hace aún más agudo en zonas rurales de la región.

Según el Ministerio del Desarrollo Social, para el 2016 la cantidad de médicos especialistas en el Maule era la más baja nacional, al registrarse 17,5  profesionales por cada 10 mil beneficiados en el Fondo Nacional de Salud (Fonasa).

Esta realidad preocupa a la colectividad, que aprecia la salud como un derecho prioritario.

Para Loreto Núñez, directora del departamento de Salud Pública de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Talca (UTalca), los servicios de salud requieren ser fortalecidos con políticas públicas que apunten a cambios estructurales, partiendo desde el financiamiento del sistema sanitario para promover la generación de un esquema que garantice la salud como un derecho humano, a objeto de proveer a la comunidad de un entorno que favorezca la salud y que convierta las decisiones saludables en las más fáciles de tomar.

Núñez coincide con las académicas Giselle  Davis y Pía Villarroel, también del departamento de Salud Pública, quienes señalan que se debe fortalecer el recurso humano y económico, así como una institucionalidad de los proyectos de intervención.

Consideran pertinente invitar a la comunidad a participar en este proceso e impartir  educación para la salud desde el empoderamiento, y no sólo desde la promoción y prevención, a fin de que los usuarios tomen decisiones autónomas y se contenga la dependencia crónica hacia el personal de salud. No se trata de preguntar qué quieren o que necesitan.

En opinión de Viviana Estrada, académica de la escuela de Kinesiología de la Utalca,  las limitantes en el acceso a los servicios del área salud pueden ser superadas con acciones importantes desde la ciudadanía, como programas innovadores de promoción y prevención de salud, los cuales permitan que haya conciencia del autocuidado y correcto uso de los servicios de salud, es decir, “una población empoderada”.

Desafíos del área salud

La priorización de los desafíos en el área salud en el Maule dependerá del efecto que tengan estos en las comunidades que los padecen.

La directora del departamento de Salud Pública de la UTalca, manifiesta que si se consideran los cambios epidemiológicos, el cáncer cobra relevancia en la lista de desafíos prioritarios por atender en el Maule, en especial el de tipo gástrico. También señala los factores de riesgo de enfermedades crónicas como la obesidad infantil y adolescente, además del tabaquismo, depresión y deterioro funcional del  adulto mayor.

Por su parte, Estrada apunta que basado en las características geográficas del Maule, es preciso crear programas piloto que aborden aspectos específicos de la salud en el ámbito rural, como  el envejecimiento, buen trato del adulto mayor, prevención de violencia a la mujer y discapacidad en todo el ciclo vital, en especial  en edades más sensibles de la sociedad, lo cual igualmente genera impacto en las familias y mayor riesgo de maltrato.

Acción de la comunidad

El abordaje de estos problemas complejos requiere acciones intersectoriales, en las cuales las entidades públicas, privadas y la comunidad organizada colaboren para mantener, mejorar y recuperar la salud de la población. Esto debe estar sustentado por políticas públicas, programas de salud y la voluntad de los representantes de la ciudadanía.  La academia debe colaborar y estar en sintonía con las necesidades locales, nacionales y en la investigación.

Para Núñez, el papel de las comunidades es organizarse y movilizarse luego de su empoderamiento. Este llamado igualmente lo realiza la innovación social.

Estrada, especialista en gerentología, también estima la innovación social como un fenómeno que abre nuevos espacios de trabajo interdisciplinario; es el método propicio para abordar estos tópicos, ya que sirve de encuentro entre los ciudadanos y poblaciones específicas para el análisis de los desafíos desde la comunidad.

Desafíos vistos de manera innovadora

La academia favorece estos espacios sociales y pone a disposición la investigación, además de la capacitación, tanto de la ciudadanía como de la autoridad.

Por esto surgen iniciativas como MauleLab, laboratorio regional de innovación social, ideada por la Universidad de Talca y financiada por el Fondo  de Innovación para la Competitividad del Gobierno Regional del Maule, cuyo objeto es generar un ecosistema que facilite la búsqueda de soluciones compartidas a los desafíos complejos que enfrentan las comunidades  del Maule.

Así lo detalló Eduardo Villavicencio, coordinador de MauleLab, quien el pasado 16 de agosto anunció el inicio del concurso Ideas MauleLab, una convocatoria que invita a la sociedad civil a postular sus propuestas de solución  a desafíos de las áreas Salud y Medioambiente en www.maulelab.utalca.cl.

Con el objeto de incentivar ideas sustentables e innovadoras en el área salud, MauleLab plantea interrogantes como: ¿De qué manera promovemos en la comunidad la vida saludable como mecanismo de bienestar  y prevención de enfermedades? ¿Cuál podría ser un sistema oportuno y eficaz de detección, manejo y derivación de personas con algún trastorno mental durante el ciclo vital? y ¿Cómo puede contribuir la comunidad a mejorar las condiciones de vida de los adultos mayores?

Estas y otras preguntas están planteada en el Informe de Desafíos MauleLab, las cuales  esperan ser resueltas a partir del trabajo colaborativo entre redes y el concurso Ideas MauleLab.
Prensa MauleLab